sábado, 16 de mayo de 2015

Agustina Yapor

Esperanza

Él había nacido bajo una condición. Cuando sus padres ya no tuvieran el poder de protegerlo de Briana, la hechicera del pueblo, está se enfrentaría con él en una lucha que decidiría el futuro del pueblo. Su padres, ciegos de amor y tras años de soñar con su primer hijo, no pensaron en las posibles consecuencias ni en como terminaría la historia y aceptaron el trato.
En Drioda habían pasado muchos años sin que nacieran bebes, las personas más jóvenes no tenían menos de 40 años. Esto era producto de una maldición de la que poco se sabía, pero de la que todos sufrían sus consecuencias porque al prolongarse la falta de nacimientos, el daño era cada vez mayor con un futuro más y más oscuro.
Los padres de Vladimir eran la pareja más joven y su amor, el más puro, del que muchos de nosotros no llegaremos a conocer jamás. Se habían convertido en la última esperanza para no perder a los habitantes del pueblo, todos confiaban en que ellos romperían con la maldición de los últimos años. Y así fue que nació Vladimir. Todos festejaron su llegada y fue la primavera más feliz del pueblo. Todos cantaron, bailaron y bebieron durante días antes de retomar con sus tareas habituales y todo fue colores, canciones y festejos por mucho tiempo.
Al cumplir los 18 años Vladimir perdió a sus padres, que murieron sin causa aparente y sin haber podido tener otro hijo. Drioda se había convertido en un pueblo de ancianos donde sus 1.000 habitantes no durarían mucho tiempo más a pesar de su vitalidad y buena forma de vida.
Ese año al comenzar el invierno Briana se presentó en la casa de Vladimir. Ese momento que todos habían olvidado finalmente llego. Vladimir entendió al fin que sus padres le habían enseñado maneras distintas para pelear durante toda su niñez, gracias a esto y a que contaba con la ayuda de todo el pueblo, él se sentía confiado y preparado para el duelo. Al momento de la pelea, ella hacía uso de todos sus conocimientos de artes oscuras tirando hechizo tras hechizo, de esos rojos, violetas, verdes, cada uno con un poder de destrucción distinto. Mientras, el joven luchaba con armas simples que sus propios padres habían ideado y, con el poder de la fuerza y la determinación de terminar de una vez por todas con esa maldición. El pueblo era espectador, miraba de lado a lado sin saber como ayudar pero aún así alentando a Vladimir. Fue entonces, en el momento en que Vladimir había agotado casi todas sus fuerzas, que uno de los habitantes distrajo a la hechicera para intentar darle un respiro a él. A pesar de los esfuerzos de todos, Briana lanzó un hechizo que convirtió en estatua de cerámica a Vladimir y cuando este yacía inerte en el piso destruyó su cabeza para celebrar la victoria.

La hechicera estaba eufórica y emocionada. Había sido una larga y desgastadora lucha para ella también. En medio de su festejo una lanza la atraviesa sacándole todos sus poderes, convirtiéndola en un ser humano como el resto. Mientras los habitantes de Drioda ganaban tiempo en el enfrentamiento, cambiaron a Vladimir por un muñeco y la hechicera en medio de tanta felicidad no fue capaz de detenerse a mirar en detalle a su rival muerto. 
Esta  historia, como muchas otras, tiene un final feliz. Briana es desterrada del pueblo y Vladimir parte en busca de una doncella, para poder formar una familia en Drioda.

3 comentarios:

  1. El cuento me gustó por el juego que se logró: primero, al contar que Vladimir había muerto y luego explicando que en realidad lo que "había muerto"era el muñeco. Cuando leí lo primero me sorprendió y angustió y al enterarme que en realidad no fue así me puse contenta y hasta puedo decir que me sentí parte del pueblo.
    Me hubiera gustado que se haya explicado la maldición por la que no había jóvenes.
    Por último, me gustó cómo el narrador se incluye en varias frases, haciendo así más personal su narración y gracias a esto podemos sacar algunas conclusiones, por ejemplo, que nunca se había enamorado desesperadamente.

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  2. No se entiende muy bien por que el nacimiento de Vladimir tenia una condición. Me hubiera gustado que se explique un poco mas el motivo de la maldición, y saber que pasa con Vladimir cuando es reemplazado por el muñeco. Como es que Briana no se da cuenta que tiene frente a ella un muñeco?
    Camila Corral

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  3. Agustina: si bien es ingenioso el modo en que transformás la imagen elegida en un cuento maravilloso, hay algunas incoherencias en el argumento que deslucen el resultado. Por ejemplo, pareciera insinuarse que hay una relación entre el nacimiento de Vladimir y la bruja, pero no queda claro si, gracias a ella (¿es, además, la hacedora de la maldición que impide los nacimientos?) se concreta el embarazo que rompe con la maldición o se debe al amor que la pareja se tiene.
    ¿Qué gana la bruja al enfrentarse al muchacho? ¿Cuál es el sentido de esperar dieciocho años para arrebatárselos? Si tras el engaño Vladimir sigue vivo, ¿por qué Briana no continúa peleando?; ¿por qué se da por derrotada, si no ha perdido sus poderes?
    Coincido con Camila F. en que elegís muy bien el narrador; una voz que se involucra y aúna al pueblo en "nosotros" resulta un muy buen recurso para llegar al lector.
    Rever la primera oración: ¿qué término podría reemplazar a "condición", que está usado con significado equívoco? También, construcción de párrafos y ortografía.
    Ojalá tengas ganas de reescribirlo para llegar a un texto que le haga justicia a tu ingenio.
    Nota: 6

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