El cine y la literatura tienen lenguajes propios y distintos.
Por eso cuando un director decide versionar una novela o cuento al cine toma
decisiones y varía los hechos. En el caso particular de “El Lector” yo ya había
visto la película, que no me había gustado, por lo que al leer el libro lo hice
predispuesta a encontrar algo que no me iba a atrapar. Por suerte no fue así.
En la película se ven, desde un principio, todos los cambios
que hizo el director. Para empezar, los tiempos están mezclados. La novela está
contada en pasado, pero es un relato lineal. Me parecieron bien logrados los
pasajes de un tiempo a otro, como une los distintos momentos en la vida de
Michael.
Me interesó mucho como lograron expresar lo que le sucede al
personaje, que habla en primera persona en la novela, con las cámaras. Las
expresiones, espacios, cortes de escena, silencios y música. Todo esto muestra
lo que trataron de transmitir al hacer la película. A mí, particularmente, no
me gustaron mucho las decisiones que tomaron. Pero se ve de forma clara, desde el
comienzo de la relación de Michael y Hanna hasta lo que agregan sobre su hija,
que siguieron una idea y un estilo muy pensados. Sentí que la película era un
poco larga para lo que relatan y que no se ve con claridad lo profunda e
intensa que fue la relación. De todas formas, mi mirada está tan influida por
la lectura de la novela que mi poca objetividad no me deja confiar en lo que
estoy escribiendo.
Lola López