Literatura: expresión del alma, conjunto de letras que nos llevan a un nuevo mundo, nos llenan y nos llegan al corazón. En este Blog los alumnos de 5to 1era del Liceo 9 exploran este arte.
sábado, 16 de abril de 2016
viernes, 15 de abril de 2016
Viajar hacia el pasado
A veces se hace difícil la idea de pensar en tantos países,
culturas, tradiciones, idiomas, todo mezclado en un mismo lugar, Argentina. Es tanta la gente nativa de estas tierras y la gente que vino de distintas partes del mundo, ya sea de un país vecino o un país
al otro lado del océano, que ahora se
encuentra conviviendo junta recordando, o no, sus orígenes.
Buscar el pasado de nuestras raíces es como un viaje en el
tiempo en el que podemos llegar tan lejos como nos propongamos. Es así que mi padre
nacido en Chivilcoy es hijo de argentinos, que fueron hijos y hermanos de inmigrantes italianos
y libaneses que vinieron escapando del hambre y la guerra. Mi padre se conoció con
mi madre también nacida en Chivilcoy, con padres argentinos y abuelos vasco-franceses
e italianos que vinieron a este país con la primera oleada de inmigrantes a
fines del año 1800. Esta es una parte muy reducida de mi historia en la que se puede ver la influencia
de 4 países totalmente distintos pero todos ellos con un destino común.
Y acá estoy yo, nacida en capital federal, viviendo una vida
diferente a la que tuvieron mis padres en su ciudad natal, recibiendo una educación
que no se compara con la que tuvieron mis abuelos, absorbiendo una cultura que
no es la de mis antepasados inmigrantes, y así puedo seguir con infinitos
ejemplos llegando siempre a la conclusión de que somos producto de un mestizaje
de culturas en el que vamos dejando de lado ciertas cosas para adquirir nuevas. En este proceso en el que van surgiendo nuevas costumbres y
tradiciones deberíamos aprender a respetar al otro, porque al final todos
tenemos por lo menos una cosa en común y es el ser argentino.
Agustina Yapor
Ser o pertenecer - Ludmila Corvalán
Por el simple hecho de vivir en sociedad, las personas tendemos a intentar sentirnos parte e identificarnos con algún determinado grupo. Compartir el idioma, algunas costumbres, el pasado, entre otras muchas cosas. Sin embargo, somos un producto, resultado de una operación llena de violencia, poder y sumisión. Entonces, ¿con qué nos identificamos? ¿qué somos? ¿somos parte de los miles de indígenas sometidos, torturados y asesinados? ¿somos parte de los hombres españoles, que con crueldad sometieron, torturaron y asesinaron? ¿somos ambos, una mezcla, un "mestizaje"? ¿o no somos ninguno?
A mi parecer, las generalizaciones son imposibles. No podemos esperar que todos nos sintamos parte de lo mismo, o siquiera de algo. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente detrás. En mi caso, mis bisabuelos paternos llegaron a la Argentina en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, provenientes de Catanzaro, Italia. La idea principal era que ellos siguieran hasta Estados Unidos, pero luego de pasar mucha hambre, quedaron asombrados por la abundancia de comida presente acá y decidieron quedarse. Por el lado materno, mis bisabuelos provenían de España, también producto de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, aunque tenga antepasados europeos, no soy europea. Nací en Argentina, recibí una cultura, unas costumbres, una educación que no es la que ellos tenían, pero quizás tampoco es la misma que tendrán mis hijos. ¿Será cuestión del lugar en el cuál nacimos o nos criamos? ¿O será cuestión también del tiempo, el cuál avanza y hace cambiar las costumbres ya establecidas?
En conclusión, creo que es completamente correcto preguntarse de qué somos parte, pero la realidad es que no creo que haya respuesta concreta o verdadera, cada uno puede elegir ser o pertenecer.
A mi parecer, las generalizaciones son imposibles. No podemos esperar que todos nos sintamos parte de lo mismo, o siquiera de algo. Cada uno de nosotros tiene una historia diferente detrás. En mi caso, mis bisabuelos paternos llegaron a la Argentina en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, provenientes de Catanzaro, Italia. La idea principal era que ellos siguieran hasta Estados Unidos, pero luego de pasar mucha hambre, quedaron asombrados por la abundancia de comida presente acá y decidieron quedarse. Por el lado materno, mis bisabuelos provenían de España, también producto de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, aunque tenga antepasados europeos, no soy europea. Nací en Argentina, recibí una cultura, unas costumbres, una educación que no es la que ellos tenían, pero quizás tampoco es la misma que tendrán mis hijos. ¿Será cuestión del lugar en el cuál nacimos o nos criamos? ¿O será cuestión también del tiempo, el cuál avanza y hace cambiar las costumbres ya establecidas?
En conclusión, creo que es completamente correcto preguntarse de qué somos parte, pero la realidad es que no creo que haya respuesta concreta o verdadera, cada uno puede elegir ser o pertenecer.
Lola Crhem
Se me desgarra la garganta pero el dolor me obliga a seguir gritando. Se expande dentro mío, asegurándose de dejar un vacío insondable. ¿¡Por qué!? La lágrimas me ahogan, me atraganto y no entiendo en que momento todo se oscureció. Si yo soñé con él, estábamos acá durmiendo la siesta. Una cama al lado de la otra. Siempre después de comer, el mate y el maní salado, ellos agradecidos. Cuando Jacobo murió no había nadie conmigo, y ahora que están los nueve no me podría sentir más sola. Moisés. A los dieciocho años te parí y desde entonces a eso me dediqué, y a zurcirles las medias, y a lavar pañales. Moisés, el más grande. La espalda estrellada de lunares que pedía ser rascada. ¿Te acordás de las vacaciones Moisés? Con tus hijas, con todos. El helado que le seguía a la cena. La vuelta al perro con la panza llena y mi invitación a Venezia. Ale, sus primos, todos tan contentos como cuando les regalaba ollas de sopa ¿Y ahora cómo te cuido Moisés? No puedo armar el bolso e ir a tu casa a hacerte mimos hasta que sanes. ¿Cómo ser madre si tu lejanía es tan grande que no me deja acercarme a cebarte un mate?
-Esto no se hace, así no- entre los gritos se me quiebra la voz- ¡No se le oculta a una madre la muerte de su hijo!
Los nueve me miran, llorosos.
-Perdón mamá.
Y no sé quien lo dice. Adela, Alberto, Zulema, Sofía, Margarita, Mirta, Oscár, Diana o Silvia. Las voces se confunden, las lágrimas me llegaron hasta las orejas.
Si esta es ella pero podría ser yo, porque sólo el azar me puso en el cuerpo en el que vivo. Entonces sólo me queda mirarla y aprender. Porque yo vengo de ahí pero soy de acá. Porque puedo hacerme de lo que me rodea y aprender de lo que ya no está.
Un Mundo Lleno de Mestizos- Ezequiel Casazza
Un mundo lleno de mestizos
Un Hombre Italiano, con padres italianos, abuelos italianos
y bisabuelos italianos se prepara para para ir a Argentina escapando de la
guerra en 1914, dejando a todo su origen atrás, pero no en el olvido. El lleva consigo
su idioma, sus costumbres, sus creencias. Allí se enamora de una mujer inglesa y dan fruto a
un niño un tercio argentino, otro tercio inglés, y otro italiano. Este niño se convierte
en hombre y se casa con una mujer argentina, un tercio italiana y otro tercio
Francesa.
Mientras tanto Una Familia Rusa, de origen de este mismo país.
Escapando por la guerra en 1942 se muda a Argentina. Los tres hermanos de esta
famila, sin saber que algún dia tendría algún tipo de parentesco con Un Hombre
Italiano que escapo de la primera guerra mundial, tienen hijos con dos
argentinos mestizos y un inglés.
El linaje sigue y sigue hasta que sin darse cuenta en 1998
nace Un Niño Argentino que une a El Hombre Italiano y La Famila Rusa, además de
muchas familias más. Mientras el niño crece pensando que es de descendencia italiana
y rusa, no sabe que él es un poco ruso,
un poco italiano, un poco inglés, un ´poco francés y un poco español.
Asi como El Niño Argentino, la mayor parte del mundo es de descendencia
de otra mayor parte del mundo, y seguirán con el linaje haciendo que su
mestizaje sea cada vez mayor, uniendo distintas culturas hasta romper las
barreras de las “personas diferentes” uniéndonos a todos por un mismo futuro.
El por qué: una cuestión de piel- Noelia Maciel
¿Por qué negar el mestizaje? ¿Cómo negarlo? Si la cultura de esta Latinoamérica tiene bases originarias e influencia europea, quizás demasiada, ¿ será que no nos damos cuenta acá en Argentina? Porque a pesar de saber que somos latinos, somos tan distintos, no nos sentimos parte de ellos, el uso del vos en lugar del tú, las tradiciones casi olvidadas, la poca identidad del pueblo argentino, entre otras tantas cosas.
¿Estaremos demasiado ocupados mirando hacia el este donde está nuestro padre, el que una vez cumplido su objetivo se fue pero dejando cicatrices imborrables, y por eso olvidamos a nuestra madre nativa? ¿Por qué estamos tan pendientes de lo de afuera e ignoramos a quienes en este suelo hablan por ella? Aquellos que la vieron deteriorarse durante el embarazo y morir en el parto, que luchan por lo que les fue arrebatado y por el reconocimiento de un país al que poco le importa lo que les pasa, quiénes son, a tal punto de no poder llamarlos Nación, sino etnia.
Una clara demostración de esto que negamos es que mi abuela nacida en tierras correntinas tenía prohibido hablar guaraní: nunca entendí por qué, si allí residían los dueños de esa lengua. Y también cabe prestar atención en el menosprecio o dejadez de la música folclórica (a excepción del tango, que es de Buenos Aires) y nuestra adaptación de la cumbia, por ejemplo, de parte de quienes escuchan melodías en otro idioma o con bases extranjeras, ¿qué es esa expresión tan nefasta de "grasa"? ¿Por qué esa idea de que lo de afuera es lo mejor y el modelo a seguir?
No quiero llegar a que está mal ser mestizos, sino que no hay que olvidar que en esta mezcla hay dos culturas, y sin embargo, de una conocemos todo y de la otra muy poco, ¿por qué?, será porque no queda mucho de ella o porque seguimos creyendo que es así por una simple falta de interés, después de todo es una cuestión de piel.
Disfrutemos ser mestizos, sin ignorar la razón y el modo en el que llegamos a serlo.
¿Estaremos demasiado ocupados mirando hacia el este donde está nuestro padre, el que una vez cumplido su objetivo se fue pero dejando cicatrices imborrables, y por eso olvidamos a nuestra madre nativa? ¿Por qué estamos tan pendientes de lo de afuera e ignoramos a quienes en este suelo hablan por ella? Aquellos que la vieron deteriorarse durante el embarazo y morir en el parto, que luchan por lo que les fue arrebatado y por el reconocimiento de un país al que poco le importa lo que les pasa, quiénes son, a tal punto de no poder llamarlos Nación, sino etnia.
Una clara demostración de esto que negamos es que mi abuela nacida en tierras correntinas tenía prohibido hablar guaraní: nunca entendí por qué, si allí residían los dueños de esa lengua. Y también cabe prestar atención en el menosprecio o dejadez de la música folclórica (a excepción del tango, que es de Buenos Aires) y nuestra adaptación de la cumbia, por ejemplo, de parte de quienes escuchan melodías en otro idioma o con bases extranjeras, ¿qué es esa expresión tan nefasta de "grasa"? ¿Por qué esa idea de que lo de afuera es lo mejor y el modelo a seguir?
No quiero llegar a que está mal ser mestizos, sino que no hay que olvidar que en esta mezcla hay dos culturas, y sin embargo, de una conocemos todo y de la otra muy poco, ¿por qué?, será porque no queda mucho de ella o porque seguimos creyendo que es así por una simple falta de interés, después de todo es una cuestión de piel.
Disfrutemos ser mestizos, sin ignorar la razón y el modo en el que llegamos a serlo.
Mestizaje vs Globalización - Juan Costa Viaggio
“Mestizaje
nombre masculino
1. Cruce de razas distintas.
2. Conjunto de individuos que resultan de este cruce.”
En 1884 el abuelo de
mi padre subía ilegalmente a un barco escapando del hambre. Tenía 14 años y
viajaba absolutamente solo. No tenía nada ni a nadie en su España natal. Esperaba
empezar de nuevo en un lejano país al sur, cruzando el océano. Argentina.
Del lado materno la situación
pueden llegar a sonar contradictoria, pues lo es. Ese mismo año los abuelos de
mi madre ya estaban flamantemente instalados en una casona en Martínez. Los
Peters habían venido unas décadas antes desde Hamburgo, Alemania.
Y acá estoy yo. Sin
comer paella regularmente, sin saber por lo menos una palabra de la más popular
canción española, sin conocer ni una
sola palabra del alemán. Con mis zapatillas marca Converse, escuchando The
Rolling Stones. ¿Cómo pudo ser? ¿Fue una falla de mis padres, y de los suyos,
al no ir pasando sus costumbres generación tras generación? ¿Está mal? Se
podría decir que tuve la libertad de elegir que música escuchar y que ropa
usar. Pero… ¿Fue una elección mía? Claro está que mis abuelos no me regalaron
un CD de The Beatles al nacer. Entonces, ¿Quién, o qué, me hizo así? ¿Quién, o
que, fabrico este neo mestizaje? Mezclando ítems e ingredientes de diferentes
países. La globalización.
Volvamos un poco hacia
atrás. Soy argentino. Tomo mate, como
asado, no miro futbol porque no me gusta, pero se entiende ¿Eso me hace
Argentino?
Soy Latinoamericano. Sin embargo no conozco
para nada acerca de los rituales y costumbres de los pueblos del norte ni del
sur. Los mapuches, tobas, quechuas,
charrúas, wichís y tristemente debo olvidarme muchas etnias más ¿Por qué jamás
enseñaron su idioma, su historia, sus creencias a la población en general? Siempre
se los escondió. Pues claro, son la barbarie.
Y ahora, con la globalización, son lo
que menos importa. El nuevo Samsung Cosmos 5000 es muchísimo más necesario e
importante. Creo que la globalización
remplazo al mestizaje. Estamos en la era de lo inmediato, lo efímero y lo fugaz.
Donde todas las normas, leyes y ritos pre conquista no tienen lugar. Donde solo
las grandes potencias económicas y culturales dominan, exportando sus ítems e
ingredientes. Fabricando modas, mientras que la gente es libre de elegir (entre
lo que dan a elegir) y así producir el cruce de “razas”.
Juan Costa Viaggio
Mi mestizaje_ Gisela Meneces
Mi mestizaje
Desde el tiempo de la
colonización en América se produjo el mestizaje, que hoy en día se
encuentra presente, y que formó así a los latinoamericanos, más allá de todo el
proceso de destrucción, masacre y sometimiento que provocaron los europeos en
el siglo xv para lograr la conquista del territorio.
Aproximadamente en 1961 a 1962 mi abuelo de parte
paterna ingreso a la Argentina en busca
de trabajo, y durante ese tiempo él trabajo en la cosecha de caña de azúcar y
la cosecha de uva en las provincias de Mendoza, Tucumán, Salta y Jujuy; pero
luego se tuvo que volver a Bolivia por la espera de su hijo.
En el año 1990 mis padres decidieron venir a la Argentina al
igual que mi abuelo en busca de trabajo. Pasaron los años y ellos se quedaron
en el país. Y es por ello que yo me
identifico como latinoamericana más allá de haber nacido en Argentina, ya que
soy bicultural debido a que tengo una cultura adquirida de Argentina y otra que
me fue transmitida por mis padres (cultura boliviana). Y tengo en cuenta mi
descendencia y mi cultura.
Origen.- Tomás Lazo Barbajelata
Una tarde del día 12 de junio de 1999 el aire llenaba mis pulmones que hasta entonces estaban cerrados. Ese mismo día, mi madre conmigo ya en brazos, me llamó por el nombre que había elegido junto a mi padre: Tomás.
El apellido de la familia de mi padre (Lazo) es de origen español y el apellido de la familia de mi madre (Barbajelata) es de origen italiano.
Mis padres son argentinos al igual que mis abuelos. Al igual que yo. Al igual que muchas otras personas. Pero cada una con sus determinadas costumbres y valores provenientes de sus antepasados. Pero..
¿Porqué los europeos no son llamados mestizos al igual que nosotros?
¿Porqué hay tanta polémica alrededor del término mestizo?
El mestizo es en definitiva la consecuencia del encuentro del mundo europeo y los pueblos americano, y en gran parte de los casos un símbolo más del abuso de la conquista.
¿Que somos realmente? Julian dos Santos
Que habria pasado si en aquel entonces, cuando America todavia era serena y pura, cuando los pueblos que la habitaban podian gozar de la riqueza de esas tierras. Que habria pasado si aquel hombre blanco, bruto y "poderoso" no hubiese conquistado aquella hermosa tierra, machacando todo a su paso, como si nada existiese alli y todo fuese suyo solo por el hecho de haberse topado con ese lugar en una expedicion hacia otro destino.
Que seria de nosotros, hoy ya acostumbrados a querer asemejarnos a ellos, y no a lo que habia antes, que poco ya queda. Pues ni siquiera nuestros antepasados vivian aqui.
Que seria de todos, del mundo, que de haber escuchado o aunque sea considerado aquellas costumbres tan bien amamantadas por la tierra misma, la luna y el sol.
¿Tendriamos que conformarnos con ser un producto de dos mundos tan diferentes, con ser "mestizos"?
¿Que somos realmente?
-Fruto del río-
Yo sé que no soy nada bueno, soy odio, acoso y muerte.
Mi madre, la puta, ya no existe, no dejó nada. Salvo un cadáver en descomposición en algún oscuro lugar.
Mi padre, de buenas pintas fuera de la casa, dentro, un borracho violento, un violador enfermo.
Y yo soy fruto de una puta y un violador. Soy sangre, soy vísceras, llevo el genocidio en mis pies y camino hacia la morge con miles de niños en mis brazos y ahora, también en mi vientre fértil.
Camino hacia el río y entro, el agua fría y color viento se transforma en una roja y tormentosa.
Mi reflejo claro, ya no está. Intento escapar, pero me atrapa. Este mal es mi castigo.
El hueco dentro de mi se llena nuevamente con crueldad y rencor.
En mis manos y mis pies sigo estando yo, junto con todos y recuerdo aquella vez que me zambullí en este río vivo, me llenaba con agua clara, y me llenaba de vigor. Esto es diferente, el agua está sucia.
Y me consume, me consume, me consume, me consumió.
Milena Insua Szulman
jueves, 14 de abril de 2016
Camila Vaccarini
N i Pa i s a n a n i U r b a n a
Cuando era chica mis papás me llevaban seguido a Lincoln, el pueblo en el que nacieron. Crecieron allí rodeados de campos y de paisajes llenos de nada. Mi papá vivió en un rancho en las afueras de Lincoln (hasta los 13 años cuando comenzó el secundario) con una familia integrada por ocho hermanos y padres descendientes de italianos. Él era un campesino que se levantaba a las cuatro de la mañana para hacer el tambo, que andaba a caballo y soñaba con vivir en la ciudad y con ser escritor. Mi mamá era una señorita linqueña que hasta los 17 años vivió en el pueblo con mis tres tíos y mis abuelos descendientes de españoles e italianos. Una de mis bisabuelas llegó de España en un buque a los nueve años y después de tres meses de viaje, con su familia que venía a trabajar en el ferrocarril.
Bs As. <Su perfil urbano es marcadamente ecléctico. Se mezclan los estilos colonial , art decó, art nouveaul , neogótico, italianizante y el francés borbónico. Por esto último se la conoce en el mundo por el apodo de "La París de América".>
Cuando era chica mis papás me llevaban seguido a Lincoln, el pueblo en el que nacieron. Crecieron allí rodeados de campos y de paisajes llenos de nada. Mi papá vivió en un rancho en las afueras de Lincoln (hasta los 13 años cuando comenzó el secundario) con una familia integrada por ocho hermanos y padres descendientes de italianos. Él era un campesino que se levantaba a las cuatro de la mañana para hacer el tambo, que andaba a caballo y soñaba con vivir en la ciudad y con ser escritor. Mi mamá era una señorita linqueña que hasta los 17 años vivió en el pueblo con mis tres tíos y mis abuelos descendientes de españoles e italianos. Una de mis bisabuelas llegó de España en un buque a los nueve años y después de tres meses de viaje, con su familia que venía a trabajar en el ferrocarril.
Yo soy de Buenos Aires porque si bien mis padres se conocieron en la secundaria, el destino los llevó a viajar a capital a cada uno por su lado. Al venir a vivir a un lugar en el que la diversidad y la cultura están tan a flor de piel, no tuvieron miedo de seguir su vocación artística: mi papá como escritor y mi mamá como artísta plástica.
Al yo haber nacido acá no tuve mucho tiempo para conocer a mis abuelos paternos y eso es algo que me pone triste y nostálgica dado que hubiera sido interesante y nuevo para mí conocer más directamente su historia. Lo que sé de ellos es que eran personas muy silenciosas, trabajadoras, y llenas de experiencias.
Al yo haber nacido acá no tuve mucho tiempo para conocer a mis abuelos paternos y eso es algo que me pone triste y nostálgica dado que hubiera sido interesante y nuevo para mí conocer más directamente su historia. Lo que sé de ellos es que eran personas muy silenciosas, trabajadoras, y llenas de experiencias.
Siento que la ciudad puede ser el paraíso de quien sabe aprovecharla. Hace unos años comencé a incursionar por el mundo de la cultura y de las oportunidades de todo tipo. Desde chica que actúo, y
no hay mejor opción para romper con la rutina y lo esquemático que una carrera artística. Bs As me ofrece todo: talleres de teatro de todo tipo, la escuela de formación actoral privada más cara hasta la universidad de arte pública de mejor nivel.
Si bien asumo que me gusta el ritmo de la ciudad, también tengo la certeza de que la naturaleza me cura como el arte. Y por eso me gusta viajar a lugares donde reine la soledad y el silencio. A veces tantos estímulos me separan de los sentidos y ni siquiera percibo mi agotamiento, mi estrés, mi sensibilidad ante la violencia del ruido que hace el colectivo cuando frena. Por eso yo trato de autorregularme sin sentirme ni una paisana ni un un bicho de ciudad: si no el resultado de la fusión de ambos, en un país donde todos somos producto de un gran choque que nos dejó tambaleantes y desorientados y donde sin convertirnos en Europa nos quedamos sin América.
Solo soy mi pasado - Camila
"Esa actitud es de tu abuelo" "sos es igual a tu tía". No hay comparación que me moleste. ¿Acaso soy una persona? mi actitud propia, mi esencia mía ¿O una repetición?
Me entristece pensar que soy parte de un amplio camino, que otros ya recorrieron por mí. Que en esta senda ya trazada no hay mas remedio que seguir caminando.
No soy americana, mis bisabuelos llegaron en barcos, a una ciudad que borró su herencia que quiso y quiere parecerse siempre a Europa.
No soy europea, cosas del pasado no influyen en mi esencia. Bisabuelos italianos y españoles, no hablo sus idiomas, no comparto su cultura. No pertenezco a ese supuesto "Viejo Mundo".
No soy el pasado, la historia de mi tierra o mis antepasados. Soy mis recuerdos, mis risas, mis llantos, la gente con que los comparto. Soy y seré siempre mi presente.
Costa
Me entristece pensar que soy parte de un amplio camino, que otros ya recorrieron por mí. Que en esta senda ya trazada no hay mas remedio que seguir caminando.
No soy americana, mis bisabuelos llegaron en barcos, a una ciudad que borró su herencia que quiso y quiere parecerse siempre a Europa.
No soy europea, cosas del pasado no influyen en mi esencia. Bisabuelos italianos y españoles, no hablo sus idiomas, no comparto su cultura. No pertenezco a ese supuesto "Viejo Mundo".
No soy el pasado, la historia de mi tierra o mis antepasados. Soy mis recuerdos, mis risas, mis llantos, la gente con que los comparto. Soy y seré siempre mi presente.
Costa
Mile Bonifacini
Al escarbar en el pasado de mi familia, me encuentro con muy
detallada información. Mis bisabuelos y sus hijos, formaban parte de una comunidad
judía que tuvo que luchar contra la persecución y el exilio. Mis antepasados
arribaron en un barco desde Polonia. Mi abuela fue la única nacida en
Argentina. Su madre, al igual que sus hermanas, no sabía una palabra del
español.
Cada tanto algo me recuerda a mi pasado y me encuentro
buscando información, la cuál suelo olvidar. Me gusta olvidar, porque cada
vez que tengo la oportunidad de informarme, saco conclusiones distintas. Pero
siempre hay una que me da vueltas en la cabeza; hay personas, de mi misma
sangre, que la pasaron mal. Yo estoy acá, sentada, escribiendo, porque ellos la
pasaron mal. Muchos italianos y españoles venían acá y se volvían a sus países de
origen. Mis familiares vinieron acá y no se podían volver. Creo que eso te
marca definitivamente. Los judíos que venían huyendo de la Alemania nazi venían
acá y se tenían que adaptar o adaptar. Entre eso y el exilio no hay mucha
diferencia. En términos de investigación, se hace difícil cuando hay muchas ganas de olivdar. A mi mamá se le complicaba hasta para preguntar.
Por suerte,
su primo investigó muchísimo acerca de nuestra historia e hizo una película muy
reconocida llamada “Hacer Patria”, en la que yo puedo encontrar las respuestas
a todas mis dudas, cuando surgen. Si todo el mundo
pudiera hacer un viaje introspectivo a su memoria familiar como yo hago con
esta película, colectivamente sería algo muy saludable.
Ver esa película me completa partes que a veces
olvido que me faltan.
Por cada mestizaje hay una historia
Según una definición de
mestizaje que encontré en el diccionario, ser mestizo es un adjetivo o sustantivo que se aplica a la persona o animal nacido de
padre y madre de diferentes castas, palabra que luego se reemplazó por razas.
Mayormente se daba de la relación que tenía un español con una india, aunque
pocas veces ocurría de una española con un indio.
En mi
opinión, el mestizaje era una consecuencia inevitable de la conquista europea
sobre América, donde también se utilizó como otra forma de abuso de poder, fue
una mezcla cultural y biológica, además de un proceso inevitable e irreversible, al que se
le podría dar el nombre de “identidad étnica”. Por un lado “identidad” es el
conjunto de rasgos que posee una persona, y por el otro lado, “etnia” es pueblo.
A partir
de este mestizaje, cambiaron las generaciones siguientes ya que una cierta “cultura
europea” fue impuesta debido a los españoles provenientes de allí. Inclusive
hasta el día de hoy, esta “cultura” sigue.
Además
las migraciones que vinieron desde el viejo continente, contribuyeron a difundir
sus tradiciones, por ejemplo mis abuelos paternos vinieron de España cuando
eran jóvenes y se instalaron en Argentina. Mi abuela era modista y mi abuelo,
marino por lo que realizaba largos viajes a Europa y según lo que me contó mi
papá, estaba sin verlo durante varios meses. Mis bisabuelos maternos llegaron
de Polonia, mi bisabuelo se dedicó a la carpintería y mi bisabuela era ama de
casa.
Ellos
llegaron con una determinada cultura que se fue expandiendo a lo largo de las
generaciones y distintos valores y tradiciones se fueron difundiendo, las cuales hoy
en mi familia siguen estando y son respetadas, por ejemplo, la familia de mi
papá era católica y la de mi mamá, judía, así que desde que tengo memoria
festejamos Pesaj y demás festividades, como hacía ella cuando era pequeña.
Camila Ferrera
El hoy de mi historia
Mis bisabuelos paternos llegaron a la Argentina huyendo de la gierra civil española. Son una mezcla de irlandeses, gallegos y alemanes. Por tal motivo, mi abuela, mi papá y yo heredamos una contextura corporal grande y una piel más clara y sensible. Aunque por parte de mi ascendencia materna (de raíces españolas e indígenas) también heredé una pigmentación más trigueña.Las creencias religiosas de mis antepasados se fueron modificando a través de las generaciones. Mi abuela paterna era católica no practicante y mi abuelo, ateo. Mis abuelos maternos eran católicos. Con el tiempo las personas fueron teniendo mayor posibilidad de optar en cuanto a su religión, en lugar de seguir pasivamente lo establecido. Es por esto que mi madre y yo somos agnósticas y mi padre ateo. Tal es así que todos los abuelos contrajeron matrimonio civil y religioso y mis papas solo se casaron por la ley civil, y yo no recibí los sacramentos de la Iglesia.
Toda mi familia sostuvo los valores de la honestidad, solidaridad y respeto por el otro, y yo persigo también esos ideales. Además, conservo de mi familia materna comidas típicas (locro, arroz con leche) y el mate.
De esta forma se ve como a lo largo del tiempo algunas costumbres se mantuvieron y otras se fueron modificando; y creo que la esencia de la identidad familiar esta dada por la solidaridad y el respeto al otro.
Camila Corral
domingo, 10 de abril de 2016
Lágrima doble. Campano
Sudamérica,
Centroamérica,
Afroamérica,
Una América,
Unida.
Así reaviva su espíritu
latinoamericano Edelmiro Molinari en el tema ``Mestizo´´ de su disco ``Expreso
de agua santa’’, lanzado en agosto de 2006. Con una voz más madura, pero una
guitarra igual de sensata que en los tiempos de Almendra. Acompañado por uno de
los mejores bajistas latinoamericanos, Daniel Maza. Además profundizando en la
letra y extiende en duración a 4:40 minutos, mientras que la original duraba
vivazmente 2:30.
Nota por Joaquín de
Aguirres, quien escribe para Rolling Stone desde 2001.
¿Soy hijo de la civilización y/o de
la barbarie?
Mi madre daba a luz mientras mi padre
le sostenía la mano diciéndole que podía llegar a donde ella quisiera. Y así
hizo. La ayudante de parto no ayudaba mucho, pero finalmente fue primordial. El
sudor frío de mi madre y su sangre en la camilla colisionaban. Y toda esta
locura en la vereda de un hotel 5.0 estrellas. Ya afuera, luz intensa.
Oscuridad total. Se escuchan los
pasos de mi primo. Ahora vive en el interior.
Padre: Occidente
Madre: Globalización
Ayudante de parto: Guerra
Sudor frío: Dignidad de pueblos
Sangre en camilla: Fuerza de opresores
¿O de ninguno quizás?
Aeropuerto Charles de Gaulle, París, Francia. Marzo 1979
- D'où
êtes vous? – preguntó la agente de migraciones
Volví en sí. Miré a mi amigo.
- Manuel,
tuve un viaje
- ¿Por
qué? ¿Qué pasó?
La agente insistió nuevamente al tiempo que Manuel encendía
un cigarrillo.
- Excusez-moi,
d'où venez vous?
- Yo
argentino.
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