jueves, 28 de mayo de 2015

Imaginación infinita

¿Es el cine, es una película junto con su trama, fiel reflejo de lo que está esbozado en un libro que cuenta la misma historia, pero trasladada a la pantalla grande? Y puntualmente para el caso del lector, debemos preguntarnos si es válido este interrogante, esta duda, o no.
La imagen propuesta en el blog, me remite a las profundidades que hay debajo de un pozo de agua, metáfora de lo infinito que es “El lector” en su versión literaria y de las variables interpretaciones que este tiene, en comparación con la película que limita las posibilidades imaginativas. A pesar de ello no deja de ser interesante y vívida por el desarrollo de las personalidades de los personajes principales y por su hermosa relación, enmarcada en paisajes perfectamente representados.
Cuando comencé el libro, a medida que leía, iba imaginando lo que se narraba: las distintas situaciones que los personajes vivían y también a éstos, su aspecto tanto físico como mental. Me imaginé a Hanna mucho más divertida y extrovertida y no tan seria y estricta como se la representa en la película, y a Michael, mucho más pequeño que como se lo observa en la película donde ya casi podría decirse que es un hombre. Pude notar que algunas escenas, por ejemplo cuando Michael y Hanna hacen el amor por primera vez, o cuando Michael escucha el nombre de Hanna en la corte, están representadas en la película tal cual el libro las describe. También el tiempo es importante ya que varía: en el libro es totalmente cronológico, es decir lineal, Michael narra los hechos en el orden tal cual sucedieron, en cambio, en la película está presente el concepto de flash back, el cual consiste en intercalar durante el desarrollo de la historia hechos pasados para luego regresar al presente. La película se inicia en el presente, cuando Michael se encuentra acompañado de una “novia”, luego, utiliza la técnica dicha anteriormente para contar la historia con Hanna, y por último, regresa al presente cuando va al cementerio con su hija.
Yo en este caso prefiero el libro: me gustaron mucho las descripciones presentes, ya sea tanto de los personajes como de las acciones de estos. Logré imaginar en mi mente algunas escenas que justamente coincidieron mucho con la película.
En conclusión, podría decirse que tanto en la película como en el libro, se logra transmitir la emoción y los sentimientos de los personajes principales y también es muy útil la existencia de la película ya que así los lectores pueden, además de imaginar los hechos, tener una imagen (creada por el director de la película) clara de cómo ocurrieron.

Camila Ferrera


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