¿Es el cine,
es una película junto con su trama, fiel reflejo de lo que está esbozado en un
libro que cuenta la misma historia, pero trasladada a la pantalla grande? Y puntualmente
para el caso del lector, debemos preguntarnos si es válido este interrogante,
esta duda, o no.
La imagen
propuesta en el blog, me remite a las profundidades que hay debajo de un pozo
de agua, metáfora de lo infinito que es “El lector” en su versión literaria y
de las variables interpretaciones que este tiene, en comparación con la
película que limita las posibilidades imaginativas. A pesar de ello no deja de
ser interesante y vívida por el desarrollo de las personalidades de los
personajes principales y por su hermosa relación, enmarcada en paisajes perfectamente
representados.
Cuando comencé
el libro, a medida que leía, iba imaginando lo que se narraba: las distintas
situaciones que los personajes vivían y también a éstos, su aspecto tanto
físico como mental. Me imaginé a Hanna mucho más divertida y extrovertida y no
tan seria y estricta como se la representa en la película, y a Michael, mucho
más pequeño que como se lo observa en la película donde ya casi podría decirse
que es un hombre. Pude notar que algunas escenas, por ejemplo cuando Michael y
Hanna hacen el amor por primera vez, o cuando Michael escucha el nombre de
Hanna en la corte, están representadas en la película tal cual el libro las
describe. También el tiempo es importante ya que varía: en el libro es
totalmente cronológico, es decir lineal, Michael narra los hechos en el orden
tal cual sucedieron, en cambio, en la película está presente el concepto de
flash back, el cual consiste en intercalar durante el desarrollo de la historia
hechos pasados para luego regresar al presente. La película se inicia en el presente,
cuando Michael se encuentra acompañado de una “novia”, luego, utiliza la
técnica dicha anteriormente para contar la historia con Hanna, y por último,
regresa al presente cuando va al cementerio con su hija.
Yo en este
caso prefiero el libro: me gustaron mucho las descripciones presentes, ya sea
tanto de los personajes como de las acciones de estos. Logré imaginar en mi
mente algunas escenas que justamente coincidieron mucho con la película.
En
conclusión, podría decirse que tanto en la película como en el libro, se logra
transmitir la emoción y los sentimientos de los personajes principales y
también es muy útil la existencia de la película ya que así los lectores
pueden, además de imaginar los hechos, tener una imagen (creada por el director
de la película) clara de cómo ocurrieron.
Camila Ferrera
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