Corriendo al libro
Antes de la lectura
“Mi mamá no tiene el libro que quería leer” le dije a Cami.
Me habían dicho que era de amor y fácil de leer, justo lo que necesitaba. “Te
presto el que leí yo, ya lo terminé” me dijo. Me lo guarde en la cartera sin
prestarle atención. El nombre, por el cuál sí pregunté, me entró por un oído y
me salió por el otro. Al otro día, estando en el colegio sin hacer nada
productivo, como suele pasar, lo agarré. “No pierdas más tiempo” me dije a mí
misma. Esto del tiempo, lo rápido que pasa y lo poco que lo aprovecho, últimamente
me carcome el cerebro.
Durante la lectura
Qué raro que empieza este libro. Muy distinto a los que
estoy acostumbrada a leer. Y con dos tipografías distintas, dos narradores
distintos. No, es un diálogo, que va muy rápido, como si estuviera a punto de
pasar algo. Sin darme cuenta ya avancé muchas páginas. “Era verdad, pienso, se
lee rápido” y con rápido me refiero a que las páginas se me quemaban en las
manos. Y todavía no entiendo qué está pasando en la historia, pero quiero
saber. No salgo al recreo, me quedo leyendo, raro en mí. La ansiedad me llama.
“Es uno de esos libros en los que no entendés nada hasta que llegas al final, y
ahí, todo tiene sentido” pensé. Y leí. Sin entender. Recibiendo sensaciones y
centrándome en la forma de cómo estaba contada la historia. A veces no es sólo
la historia en sí, a veces es lo que sentís cuando la lees, aunque no entiendas
nada.
Llegué a mi casa y le conté a mi mamá del libro. No lo había
leído. Rarísimo, mi mamá, escritora y editora, y no lo había leído. Creo que
fue la primera vez que estaba leyendo algo que ella no.
Entendí por qué David y Amanda, los que mantienen el
diálogo, están apurados. Ella está muriendo. Y al parecer buscan “el punto
justo” del relato que Amanda le está contando a él. Y yo también lo busco. David,
el que parece tener las cosas claras, menciona varias veces la palabra “gusanos”.
No sé a qué se refiere, pero me dan ganas de averiguarlo. Me dan ganas de saber
para qué lado gira esta historia. En un momento pensé que era una historia de
terror, me dio miedo. Algo que no me pasa seguido con los libros. Me gustó que
el cuento causa miedo pero sin intención de “dar miedo”. Eso asusta aún más.
Después de la lectura
Me gustó. Creo que porque me pareció poco pretencioso.
Pienso: “Qué difícil explicar este libro. Qué difícil pensar en el argumento.
Qué original todo. ¿Es un cuento fantástico? ¿Trata sobre la relación
madre-hija?”. En internet no hay mucho, es un libro nuevo, donde todo lo que
leo parece, sorprendentemente, sacado de mi mente. Y encuentro información que
no tenía, que David tiene voz de adulto, sí, lo había pensado, pero “el niño es
el que sabe y el adulto el ingenuo” no lo había tenido en cuenta. También
encontré una frase, que me gustó y con la que termino mi diario de lectura:
“lo verdaderamente monstruoso es la naturaleza, la de afuera
y la humana”
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