viernes, 15 de abril de 2016

-Fruto del río-


Yo sé que no soy nada bueno, soy odio, acoso y muerte.
 Mi madre, la puta, ya no existe, no dejó nada. Salvo un cadáver en descomposición en algún oscuro lugar.
 Mi padre, de buenas pintas fuera de la casa, dentro, un borracho violento, un violador enfermo.
 Y yo soy fruto de una puta y un violador. Soy sangre, soy vísceras, llevo el genocidio en mis pies y camino hacia la morge con miles de niños en mis brazos y ahora, también en mi vientre fértil.

 Camino hacia el río y entro, el agua fría y color viento se transforma en una roja y tormentosa.
 Mi reflejo claro, ya no está. Intento escapar, pero me atrapa.  Este mal es mi castigo.
El hueco dentro de mi se llena nuevamente con crueldad y rencor.
 En mis manos y mis pies sigo estando yo, junto con todos y recuerdo aquella vez que me zambullí en este río vivo, me llenaba con agua clara, y me llenaba de vigor. Esto es diferente, el agua está sucia.
 Y me consume, me consume, me consume, me consumió.



Milena Insua Szulman

2 comentarios:

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  2. Una oscura prisa,
    un contagio de ala
    nos alumbra una ausencia desmedidamente nuestra.
    Comprendemos entonces
    que hay sitios sin luz, ni oscuridad, ni meditaciones,
    espacios libres
    donde podríamos no estar ausentes.
    La vida nos acorta la vista
    y nos alarga la mirada.
    ROBERTO JUARROZ

    Gracias por compartir.

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