El hoy de mi historia
Mis bisabuelos paternos llegaron a la Argentina huyendo de la gierra civil española. Son una mezcla de irlandeses, gallegos y alemanes. Por tal motivo, mi abuela, mi papá y yo heredamos una contextura corporal grande y una piel más clara y sensible. Aunque por parte de mi ascendencia materna (de raíces españolas e indígenas) también heredé una pigmentación más trigueña.Las creencias religiosas de mis antepasados se fueron modificando a través de las generaciones. Mi abuela paterna era católica no practicante y mi abuelo, ateo. Mis abuelos maternos eran católicos. Con el tiempo las personas fueron teniendo mayor posibilidad de optar en cuanto a su religión, en lugar de seguir pasivamente lo establecido. Es por esto que mi madre y yo somos agnósticas y mi padre ateo. Tal es así que todos los abuelos contrajeron matrimonio civil y religioso y mis papas solo se casaron por la ley civil, y yo no recibí los sacramentos de la Iglesia.
Toda mi familia sostuvo los valores de la honestidad, solidaridad y respeto por el otro, y yo persigo también esos ideales. Además, conservo de mi familia materna comidas típicas (locro, arroz con leche) y el mate.
De esta forma se ve como a lo largo del tiempo algunas costumbres se mantuvieron y otras se fueron modificando; y creo que la esencia de la identidad familiar esta dada por la solidaridad y el respeto al otro.
Camila Corral
No hay regreso.
ResponderEliminarPero existen algunos movimientos
que se parecen al regreso
como el relámpago a la luz.
Es como si fueran
formas físicas del recuerdo,
un rostro que vuelve a formarse entre las manos,
un paisaje hundido que se reinstala en la retina,
tratar de medir de nuevo la distancia que nos separa de la tierra,
volver a comprobar que los pájaros nos siguen vigilando.
No hay regreso.
Sin embargo,
todo es una invertida expectativa
que crece hacia atrás.
ROBERTO JUARROZ
Gracias por la vos y las palabras.