domingo, 6 de noviembre de 2016

Idempotencias - Camila Costa

Prólogo:

Bienvenidos.
Esto no es precisamente
un libo, sin embargo puse acá
muchos de mis pensamientos y emociones
 Como dije antes, esto no es un libro, es,  mejor 
dicho, un acertijo. Tal vez quedes en las mismas pá-
ginas (o piezas, ya que no es un libro) y no leas todos
los poemas escritos. Pero tal vez sí, en ese caso 
espero que te hayan gustado (si no los lees todos
también) y ojalá no te quedes en una idem-
potencia sin fin. 
Como sea,
buen día.


Retiro

Canta
Ella es rojo
y a él le encanta.

Cuenta,
Sombras en la noche
y se reinventa.

Corre
Ella ahora es azul
y él se esconde.


Estrofa N°3

Patrullas de policía 
techos de cartón

Gente transparente
y lágrimas de algodón.


VIII XI

Se siente el sonido en el aire
cientos de ojos vacíos,
El cielo está hecho de humo.
Hay un chico en el piso,
Está llorando.

MMCMLXXXIV
Parte II

Carteles de colores
edificios altos y optimistas.

La cara de mi amor,
cabello negro y ojos brillantes.


Abril

Pusieron un arbol
como todos los otros
frente a la embajada inglesa.

¡Le da vida al barrio!
dice la Vieja.

El arbol,
como todos los otros,
fue llenandose de vida.

¡A este árbol le falta poda!
se queja la Vieja.

Y asi, de un hachazo,
el arbol que se creía
como todos los otros,
quedó sin sus brotes.


Ahora le grito a un cielo vacío

¿No podés perturbar otros sueños?
¿No sacaste ya suficiente de mis miedos?
¿No podes irte a dormir,
Así puedo dejarte morir?


Del aire
Al aire

Te escribo, rota.
Niña vestida de besos
jugando con otra.

Te amo, navegante.
Niña que baila en la luna
te busco en el aire.

Te encuentro, bailando.
Juntas en el cielo,
títere y titiritero.

Te dejo, fatigada.
Niña vestida de lágrimas
mis versos todavía te aman.


Pestañas

No sé por qué
todo lo que quiero
se ve distinto
cuando los ojos entrecierro.

No sé por qué
veo mis pestañas y no mi verdad.

No sé por qué
dependiendo donde esté
y la luz que me dé
puedo ver,
no soy quien debería ser.

Idempotencias

Mira a la derecha,
Nada.
Mira a la izquierda,
Un espejo,
Otra vez nada.


MCMLXXXVI

Nidos de ametralladoras
Cuerpos grises de acero.

La cara de mi amor
polvo blanco, sangriento.

Viveros

Todos tenemos flores
algunos las llaman rosas
otros, margaritas.

Él tiene sus flores
pero cree que son espinas.


Oda a las galletitas

Media de aceite
Bate los huevos
mientras llora
Cascaritas de limon
El olor inunda la casa
Una de azúcar
El pájaro canta
y ella en silencio
Eran dos huevos,
no tres.


Alana

Alana,
te vi en la plaza.
Tenías el vestido rojo,
ese que te encanta.

Alana,
estabas preocupada.
¿Qué pasa por tus ojos
y oculta tu mirada?

Ay Alana,
si solo supieras
que todos mis insomnios
te claman.


Olivos

La tarde pinta la casa
Él se sienta en el patio
Y el viento mueve los geranios

El cartero toca el timbre
Y despierta al perro.

Aunque este espera un tiempo
La casa está vacía 
Y los geranios están muertos.


Un cartel

Te vigilan
el viento, el polvo
no queda nada
                y alternada 
               una palabra
Ignorancia

Ramas transparentes
te vigilan
noquedanada

               y alternado
                un cartel
Esa es la fuerza




1 comentario:

  1. Camila: una vez más, qué bueno escuchar tu voz y las notas que vas dando, palabras y palabras. Un libro que no es libro sino juguete para abrir y cerrar sin llave y con receta (¡me encanta este poema!) preguntas, imágenes, sensaciones.
    Hay momentos en que la escritura alcanza una contundencia clara y un decir original, ingenioso, bellos; momentos que contrastan con otros menos logrados, porque el discurso cae en intensidad y se torna previsible en el modo de decir. Disfruté mucho leyendo tu no libro que acá se queda para que volvamos a él y tu voz.
    Gracias por tu alegría comprometida, la espontaneidad curiosa e inteligente de tu mirada siempre atenta, tu estar siendo inconforme en busca de más como motor.
    NOTA: 9

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