La producción
literaria actual, fundamentalmente de poesía, relativiza la clasificación de
los textos ficcionales en narrativos, dramáticos y líricos y desdibuja los
límites que separan a un género de otro. Por ejemplo, aparecen en el poema
materiales que antes no eran considerados poéticos (el discurso político,
publicitario o científico; el humor, lo popular) y formas de decir propias del
lenguaje hablado y, también, de la narrativa y del teatro. Irrumpen en el poema
técnicas de la pintura, como el collage, o del cine, como el montaje, o de la
música, como los cruces con el rock y el tango. Visto así, “el poeta no es un alquimista. El
poeta es un hombre como todos, un
albañil que construye su muro: un constructor de puertas y ventanas”, como
cantan los versos de Nicanor Parra. Vista así, la poesía parte de elementos no tradicionales, arremete con
voces y discursos diversos; es quehacer, construcción, juego; todo entra en el
poema que pide ser leído desde la perspectiva de quien pasea, se reí, imagina, prueba,
protesta, hace y deshace con las palabras.
Esta propuesta
de trabajo se origina en la convicción de que la poesía es un territorio
propiciatorio y propicio de la exploración con y del lenguaje, de lo concreto y
lo abstracto, de lo real y lo
imaginario, de lo individual y lo
colectivo. Aventura tras la propia
identidad por el camino de la curiosidad y el juego en que "leer y
escribir son las dos caras de una misma luna”. En fin, una invitación a un
viaje en el que “la imaginación arde envuelta en las ruedas de un tren
desorientado”.
Mientras seguimos
trabajando en clase y avanzamos con las lecturas y la escritura de poesía, les
dejo algunos materiales para aderezar la creatividad con saberes y quehaceres
poéticos:
FIGURAS RETÓRICAS
POESÍA PARA LEER
POESÍA PARA VER
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