Conejos, una descripción de "Carta a una señorita en París" por Candela Aylén Miller y Camila Aylén Costa.
Es un cuento fantástico. Hay conejos, conejos vomitados. Conejos fantásticos y conejos al fin. Los conejos son conejos. Muchos conejos, suelen ser conejosos, peludos generalmente y con orejas. En el cuento son vomitados. Los conejos, son vomitados. En el cuento vomitan conejos, conejos conejosos. Lo narra el vomitador de conejos, que vomita conejos conejosos y fantásticos.
Transcurre en un departamento, lleno de conejos, conejos vomitados, conejos fantásticos y conejos peludos. En el departamento vomitan conejos. Él los vomita, el vomitador de conejos que vomita conejos. Él vive con los conejos, con sus vomitados, con sus conejos. Conejos que duermen de día y viven de noche, porque fueron vomitados. Conejos vomitados que viven de noche. A veces se agregan nuevos conejos, también vomitados, a veces conejosos, siempre fantásticos. Son once conejos, los conejos son once, once vomitados, once conejos, once conejos conejosos, peludos y fantásticos. El vomitador de conejos es su dios, el dios de los conejos.
El vomitador se mató y mató también a los conejos, a sus once fantásticos conejos. El vomitador de conejos no quería once conejos, once vomitados, once conejos. Conejos. Conejos ya ni fantásticos ni peludos ni conejosos. Conejos ahora muertos.
Bienvenido el juego desde y con Cortázar.
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